La sección de Preguntas y Respuestas Frecuentes (P&R) de nuestro Centro de Audición y Vértigo tiene como objetivo brindar respuestas claras y concisas a las dudas más comunes relacionadas con la audición, el vértigo, los mareos y otros trastornos asociados. Aquí encontrará información útil y detallada sobre las causas, síntomas, diagnósticos y tratamientos disponibles en nuestro centro. Nuestro compromiso es ofrecer un espacio de confianza y calidad para resolver todas sus inquietudes y garantizar el cuidado de su salud auditiva y del equilibrio.
La pérdida de audición puede tener diversas causas y se clasifica según su origen en conductiva, sensorioneural o mixta. Entre las causas más comunes, podemos mencionar:
1. Envejecimiento: La presbiacusia es una pérdida de audición gradual relacionada con la edad, que afecta principalmente a las frecuencias agudas. Es una causa frecuente de pérdida auditiva sensorioneural.
2. Exposición a ruido: La exposición prolongada o repetida a sonidos fuertes puede causar daño en las células ciliadas del oído interno, originando pérdida auditiva sensorioneural.
3. Infecciones del oído: Las infecciones del oído medio, como la otitis media, pueden generar pérdida de audición conductiva al provocar acumulación de líquido o inflamación.
4. Obstrucción del conducto auditivo: La presencia de cerumen impactado o cuerpos extraños en el conducto auditivo externo puede causar pérdida auditiva conductiva.
5. Traumatismos: Lesiones en el oído, ya sea en el oído externo, medio o interno, pueden provocar pérdida de audición conductiva, sensorioneural o mixta.
6. Enfermedades genéticas y congénitas: Algunas afecciones presentes desde el nacimiento o de origen genético pueden causar pérdida de audición sensorioneural.
7. Medicamentos ototóxicos: Ciertos fármacos, como algunos antibióticos, diuréticos y quimioterapéuticos, pueden dañar el oído interno y causar pérdida auditiva sensorioneural.
Identificar los síntomas de pérdida de audición en adultos y niños es esencial para buscar ayuda a tiempo y mejorar la calidad de vida de quienes la padecen. Los síntomas pueden variar según la etapa de la vida y la severidad de la pérdida auditiva, pero algunos signos comunes incluyen:
1. Dificultad para entender palabras, especialmente en entornos ruidosos o en conversaciones de grupo.
2. Necesidad de aumentar el volumen de la televisión, radio o dispositivos de audio a niveles más altos de lo normal.
3. Problemas para escuchar sonidos de alta frecuencia, como el timbre del teléfono o los sonidos de las consonantes en el habla.
4. Sensación de que los sonidos son apagados o distorsionados.
5. Tendencia a inclinarse hacia un lado para escuchar mejor.
6. Fatiga o estrés al tratar de seguir conversaciones.
En el caso de los niños, también se pueden observar síntomas adicionales, como:
1. Retraso en el desarrollo del habla y del lenguaje.
2. Dificultades en el rendimiento escolar.
3. Falta de respuesta ante sonidos fuertes o al escuchar su nombre.
4. Pérdida de atención o comportamiento inquieto en entornos ruidosos.
Si se detectan estos síntomas en adultos o niños, es recomendable acudir a un profesional de la audición para realizar una evaluación y determinar el tratamiento adecuado.
La pérdida de audición puede clasificarse en dos tipos principales: conductiva y sensorioneural. Ambas presentan características diferentes y se originan en distintas partes del sistema auditivo:
1. Pérdida auditiva conductiva: Este tipo de pérdida de audición ocurre cuando hay algún problema en el oído externo o medio que impide la correcta conducción del sonido hacia el oído interno. Las causas más comunes incluyen obstrucción del conducto auditivo por cerumen o cuerpos extraños, infecciones del oído medio como la otitis media, perforación del tímpano y alteraciones en los huesecillos del oído medio. La pérdida auditiva conductiva suele ser de carácter temporal y, en muchos casos, puede tratarse con medicamentos o cirugía.
2. Pérdida auditiva sensorioneural: Esta pérdida de audición se debe a problemas en el oído interno (cóclea) o en el nervio auditivo. Las causas más comunes son el envejecimiento, la exposición a ruido intenso, ciertos medicamentos ototóxicos y factores genéticos. La pérdida auditiva sensorioneural generalmente es permanente y, aunque no se puede curar, se puede tratar con dispositivos auditivos como audífonos o implantes cocleares.
En algunos casos, puede presentarse una combinación de ambos tipos de pérdida auditiva, conocida como pérdida auditiva mixta.
Existen diversos dispositivos auditivos diseñados para tratar distintos tipos y grados de pérdida de audición. La selección del dispositivo más adecuado dependerá de la evaluación audiológica y las necesidades individuales de cada paciente. Algunos de los dispositivos auditivos más comunes incluyen:
1. Audífonos: Los audífonos son dispositivos electrónicos que amplifican el sonido y se ajustan según el tipo y grado de pérdida auditiva. Hay varios estilos disponibles, como BTE (detrás de la oreja), ITE (en el oído), ITC (en el canal auditivo) y CIC (completamente en el canal).
2. Implantes cocleares: Estos dispositivos electrónicos se utilizan en casos de pérdida auditiva sensorioneural severa o profunda. Un implante coclear consta de una parte interna, que se implanta quirúrgicamente, y una parte externa, que se coloca detrás de la oreja.
3. Implantes de conducción ósea: Indicados para pacientes con pérdida auditiva conductiva o mixta, estos dispositivos transmiten el sonido a través del hueso del cráneo, evitando el oído medio y estimulando directamente el oído interno.
4. Sistemas de FM: Estos dispositivos inalámbricos, utilizados comúnmente en entornos educativos, transmiten el sonido directamente de la fuente (por ejemplo, un micrófono) al audífono o implante del paciente, mejorando la calidad del sonido en situaciones ruidosas.
5. Ayudas auditivas para teléfonos: Existen dispositivos y aplicaciones específicas que facilitan la comunicación telefónica para personas con pérdida de audición, como amplificadores y sistemas de bucle magnético.
La elección del dispositivo auditivo más adecuado se realizará en conjunto con el audiólogo, considerando las necesidades y preferencias del paciente.
La adaptación de audífonos personalizados es un proceso que requiere la participación activa tanto del paciente como del audiólogo para lograr una solución adecuada a las necesidades individuales de cada persona. El proceso generalmente se lleva a cabo en varias etapas:
1. Evaluación audiológica: Se realiza una prueba de audición completa para determinar el tipo y grado de pérdida auditiva, y se discuten las necesidades específicas del paciente.
2. Selección del audífono: El audiólogo recomendará el modelo de audífono más apropiado según la pérdida auditiva, el estilo de vida y las preferencias del paciente.
3. Toma de impresiones: Para obtener un ajuste cómodo y seguro, se toman impresiones de los oídos del paciente, que servirán de molde para fabricar los adaptadores personalizados del audífono.
4. Adaptación y programación: Una vez recibidos los audífonos personalizados, el audiólogo los ajusta y programa según los resultados de la evaluación audiológica y las necesidades específicas del paciente.
5. Orientación y seguimiento: El audiólogo enseña al paciente cómo usar y cuidar los audífonos, y se programan visitas de seguimiento para monitorear el progreso y realizar ajustes si es necesario.
Es importante recordar que la adaptación a los audífonos puede llevar tiempo y es fundamental tener paciencia y mantener una comunicación abierta con el audiólogo para lograr el mejor resultado posible.
El vértigo y los mareos son síntomas comunes que pueden deberse a diversas causas. Algunas de las causas más habituales de vértigo y mareos incluyen:
1. Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): Es la causa más común de vértigo y ocurre debido al desplazamiento de partículas de calcio en los canales semicirculares del oído interno, lo que afecta el sistema de equilibrio.
2. Neuritis vestibular: Es una inflamación del nervio vestibular, generalmente causada por una infección viral. Provoca vértigo intenso, náuseas y dificultad para mantener el equilibrio.
3. Laberintitis: Es una inflamación del oído interno, comúnmente causada por infecciones virales o bacterianas, que afecta tanto el sistema auditivo como el vestibular.
4. Enfermedad de Menière: Es un trastorno del oído interno que provoca episodios de vértigo, pérdida auditiva fluctuante, tinnitus y sensación de presión en el oído.
5. Migraña vestibular: Las migrañas vestibulares pueden causar mareos y vértigo, además de otros síntomas típicos de migraña, como dolor de cabeza y sensibilidad a la luz y al sonido.
6. Trastornos de ansiedad: El estrés y la ansiedad pueden provocar mareos y desequilibrio en algunas personas.
7. Problemas cervicales: Alteraciones en la columna cervical, como contracturas musculares o desgaste articular, pueden causar mareos y desequilibrio.
Es importante consultar a un profesional de la salud en caso de experimentar vértigo o mareos para determinar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado.
El diagnóstico del vértigo requiere una evaluación exhaustiva por parte de un profesional de la salud, como un audiólogo, otorrinolaringólogo o neurólogo. El proceso de diagnóstico incluye los siguientes pasos:
1. Historia clínica: El especialista realizará preguntas sobre los episodios de vértigo, síntomas acompañantes y antecedentes médicos.
2. Examen físico: Se llevará a cabo una evaluación general, incluyendo un examen de los oídos, audición y equilibrio, así como pruebas neurológicas básicas.
3. Pruebas especializadas:
– Videonistagmografía (VNG): Evalúa los movimientos oculares involuntarios (nistagmo) y la función del sistema vestibular en respuesta a diferentes estímulos.
– vHIT (prueba de impulso cefálico con video): Permite valorar la función de los canales semicirculares del oído interno mediante movimientos rápidos de la cabeza.
– VEMPs (potenciales evocados miogénicos vestibulares): Evalúan la función de los órganos otolíticos del oído interno (utrículo y sáculo) al medir respuestas musculares ante estímulos sonoros.
– Valoración clínica con gafas Frenzel: Estas gafas magnifican y permiten visualizar los movimientos oculares involuntarios (nistagmo) al bloquear la visión fija, facilitando la identificación de alteraciones vestibulares.
4. Pruebas de imagen: En algunos casos, se pueden solicitar estudios de imagen, como resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC), para descartar otras causas.
Una vez establecido el diagnóstico, el especialista recomendará el tratamiento adecuado según la causa identificada.
El tratamiento del vértigo y los mareos dependerá de la causa subyacente y la gravedad de los síntomas. Algunas de las opciones de tratamiento más comunes incluyen:
1. Reposicionamiento de partículas: En casos de vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), la maniobra de Epley o la de Semont pueden ser realizadas por un especialista para reposicionar las partículas de calcio en el oído interno y aliviar los síntomas.
2. Medicamentos: Se pueden recetar medicamentos para controlar los síntomas del vértigo, como antieméticos para las náuseas, antivertiginosos y, en casos de laberintitis o neuritis vestibular, corticosteroides y/o antibióticos.
3. Rehabilitación vestibular: La terapia de rehabilitación vestibular incluye ejercicios específicos que ayudan a mejorar el equilibrio y reducir los síntomas del vértigo. Un fisioterapeuta o audiólogo especializado puede guiar al paciente en este proceso.
4. Cambios en el estilo de vida: La reducción del estrés, una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio pueden ayudar a disminuir los episodios de vértigo y mareos, especialmente en casos de migraña vestibular o trastornos de ansiedad.
5. Tratamiento específico para la causa subyacente: En casos de enfermedad de Menière o trastornos neurológicos, se pueden administrar tratamientos específicos, como medicamentos diuréticos, terapias de reducción de estrés, o, en casos extremos, intervenciones quirúrgicas.
Es fundamental consultar a un especialista para determinar la causa del vértigo y recibir el tratamiento más adecuado según las necesidades individuales de cada paciente.
La rehabilitación vestibular es un enfoque terapéutico que ayuda a mejorar el equilibrio y reducir los síntomas del vértigo mediante ejercicios específicos. Estos ejercicios pueden ser guiados por un audiólogo especializado en trastornos del equilibrio. Algunos ejemplos de ejercicios y terapias para mejorar el equilibrio incluyen:
1. Ejercicios de habituación: Estos ejercicios implican realizar movimientos específicos que desencadenan los síntomas de vértigo de manera controlada, con el objetivo de que el cerebro se acostumbre a ellos y disminuyan los síntomas a lo largo del tiempo.
2. Ejercicios de control postural y equilibrio: La práctica de actividades que desafían el equilibrio, como pararse en un solo pie o caminar en línea recta, puede ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la coordinación.
3. Entrenamiento en oculomotricidad: Los ejercicios de enfoque y seguimiento visual, como seguir con la mirada un objeto en movimiento, pueden mejorar la capacidad del sistema visual para compensar las alteraciones del equilibrio.
4. Tai chi y yoga: Estas disciplinas integran movimientos lentos y controlados que fomentan la concentración, la estabilidad y la fuerza muscular, contribuyendo a mejorar el equilibrio.
5. Terapia de adaptación al movimiento (TAM): Consiste en realizar movimientos repetitivos y rítmicos de la cabeza y el cuerpo en diferentes direcciones, con el fin de mejorar la adaptación del sistema vestibular a los cambios de posición.
Es importante que los ejercicios y terapias sean adaptados a las necesidades y capacidades individuales de cada paciente y que se realicen bajo la supervisión de un especialista para obtener los mejores resultados y evitar lesiones.
Prevenir el vértigo y los mareos en el día a día puede ser esencial para mantener una buena calidad de vida. Aunque no siempre es posible evitar por completo los episodios de vértigo, se pueden tomar ciertas medidas para reducir su frecuencia e intensidad:
1. Mantén una buena hidratación: Beber suficiente agua a lo largo del día ayuda a mantener el equilibrio de líquidos en el oído interno.
2. Evita cambios bruscos de posición: Levántate lentamente de la cama o de una silla, especialmente si has experimentado episodios de vértigo antes.
3. Controla el estrés: Practica técnicas de relajación como la meditación, el yoga o la respiración profunda, ya que el estrés puede desencadenar o agravar los episodios de vértigo.
4. Lleva una dieta equilibrada: Reduce el consumo de sal, cafeína y alcohol, que pueden afectar negativamente la función del oído interno y empeorar los síntomas del vértigo.
5. Realiza ejercicio regularmente: Mantenerse activo ayuda a mejorar la circulación sanguínea y fortalecer los músculos, lo que a su vez puede mejorar el equilibrio y prevenir los mareos.
6. Duerme lo suficiente: La falta de sueño puede contribuir a la aparición de vértigo y mareos. Asegúrate de dormir lo necesario y mantener un horario de sueño regular.
7. Consulta a un especialista: Si experimentas vértigo o mareos con frecuencia, busca atención médica para determinar la causa y recibir el tratamiento adecuado.
Siguiendo estos consejos, es posible reducir el riesgo de sufrir episodios de vértigo y mareos en la vida cotidiana.
La prevención de problemas de equilibrio en personas mayores es fundamental para evitar caídas y mejorar su calidad de vida. Aquí hay algunas recomendaciones para mantener el equilibrio en adultos mayores:
1. Realizar actividad física: El ejercicio regular, como caminar, nadar o practicar tai chi, ayuda a fortalecer los músculos, mejorar la coordinación y mantener la función del sistema vestibular.
2. Cuidar la salud ósea: Consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D, y realizar actividad física de impacto moderado, contribuye a prevenir la osteoporosis y el riesgo de fracturas.
3. Revisión de medicamentos: Consultar con el médico si los medicamentos que se están tomando pueden afectar el equilibrio o causar mareos.
4. Controlar enfermedades crónicas: Llevar un seguimiento adecuado de enfermedades como la diabetes o la hipertensión puede ayudar a prevenir complicaciones que afecten el equilibrio.
5. Utilizar calzado adecuado: Elegir zapatos con suela antideslizante y buen soporte puede reducir el riesgo de caídas.
6. Eliminar riesgos en el hogar: Asegurar una buena iluminación, quitar obstáculos del camino y colocar barras de apoyo en áreas como el baño, contribuye a prevenir caídas.
7. Realizar chequeos auditivos y visuales: La pérdida de audición y visión pueden afectar el equilibrio, por lo que es fundamental realizar revisiones periódicas.
8. Participar en programas de rehabilitación vestibular: Si se detectan problemas de equilibrio, acudir a un especialista en audiología para recibir terapia personalizada.
Siguiendo estas pautas, las personas mayores pueden prevenir problemas de equilibrio y mantener una vida activa y segura.
Es fundamental acudir a un especialista en casos de mareos o vértigo cuando se presentan ciertas situaciones que pueden indicar un problema de salud subyacente o un riesgo para la calidad de vida del paciente. Estas situaciones incluyen:
1. Episodios frecuentes o persistentes de mareos o vértigo que afectan la capacidad de realizar actividades diarias o laborales.
2. Mareos acompañados de síntomas adicionales, como pérdida de audición, zumbidos en los oídos, náuseas, vómitos, visión borrosa, desmayos o dificultad para caminar.
3. Dificultad para mantener el equilibrio, especialmente al cambiar de posición, levantarse o caminar.
4. Antecedentes de caídas, lesiones relacionadas con el equilibrio o un aumento en el riesgo de caídas debido a mareos o vértigo.
5. Mareos severos que no mejoran con el reposo o el cambio de posición, o que empeoran con el tiempo.
Un especialista en audiología, un otorrinolaringólogo o un médico internista pueden evaluar la situación, identificar la causa de los mareos o vértigo y recomendar el tratamiento adecuado. La intervención temprana y la atención médica especializada son fundamentales para abordar estos síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
Los acúfenos o tinnitus son la percepción de un sonido (zumbido, pitido, silbido, etc.) en los oídos o la cabeza, sin que haya una fuente externa de ruido. Hay varias causas que pueden originar este fenómeno, entre las más comunes se encuentran:
1. Exposición a ruidos fuertes: La exposición prolongada o repetida a sonidos de alta intensidad puede dañar las células ciliadas del oído interno, provocando tinnitus.
2. Pérdida auditiva relacionada con la edad: A medida que envejecemos, las estructuras del oído interno pueden deteriorarse, lo que puede causar tinnitus.
3. Obstrucción del conducto auditivo: La presencia de cerumen impactado, infecciones del oído o cuerpos extraños en el conducto auditivo pueden generar acúfenos.
4. Enfermedades del oído medio: Patologías como la otosclerosis o la enfermedad de Ménière pueden estar asociadas con tinnitus.
5. Traumatismo craneoencefálico: Lesiones en la cabeza o el cuello pueden afectar las vías auditivas y generar acúfenos.
6. Medicamentos ototóxicos: Algunos fármacos, como los antibióticos aminoglucósidos, los diuréticos de asa o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), pueden causar tinnitus como efecto secundario.
7. Trastornos temporomandibulares: Problemas en la articulación de la mandíbula pueden estar relacionados con la aparición de tinnitus.
8. Estrés y ansiedad: El estrés crónico y la ansiedad pueden exacerbar los acúfenos o empeorar la percepción de los mismos.
Cabe mencionar que, en muchos casos, la causa del tinnitus no puede identificarse con precisión. Es fundamental consultar a un especialista en audiología para evaluar cada caso y determinar el tratamiento adecuado.
El diagnóstico y la evaluación del tinnitus son procesos fundamentales para determinar la causa subyacente y establecer un tratamiento adecuado. Un especialista en audiología llevará a cabo los siguientes pasos para abordar este problema:
1. Historia clínica: El profesional recopilará información detallada sobre los síntomas, los antecedentes médicos, la exposición a ruidos y los medicamentos que toma el paciente.
2. Examen físico: El especialista realizará una exploración del oído, la cabeza y el cuello para identificar posibles causas del tinnitus, como obstrucciones del conducto auditivo o problemas en la articulación temporomandibular.
3. Pruebas audiológicas: Se realizarán pruebas como la audiometría tonal y la logoaudiometría para evaluar la audición y descartar pérdida auditiva asociada al tinnitus.
4. Evaluación del tinnitus: El especialista puede utilizar herramientas específicas, como el cuestionario Tinnitus Handicap Inventory (THI) o la escala visual analógica (EVA), para medir el impacto del tinnitus en la calidad de vida del paciente.
5. Pruebas adicionales: En función de los resultados previos, el médico puede solicitar exámenes complementarios, como resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, para descartar patologías cerebrales o del oído interno.
Tras completar el proceso de diagnóstico y evaluación, el especialista en audiología determinará la causa del tinnitus y establecerá un plan de tratamiento personalizado que puede incluir terapias de sonido, audífonos, terapia cognitivo-conductual o cambios en el estilo de vida.
El tratamiento del tinnitus depende de la causa subyacente y de la severidad de los síntomas. Existen diversas opciones terapéuticas disponibles para aliviar el tinnitus y mejorar la calidad de vida del paciente:
1. Terapia de sonido: Utiliza sonidos suaves, música o ruido blanco para enmascarar el tinnitus y hacerlo menos molesto.
2. Audífonos: Si el tinnitus está asociado a una pérdida auditiva, los audífonos pueden mejorar la audición y disminuir la percepción del tinnitus.
3. Terapia cognitivo-conductual (TCC): Este enfoque terapéutico ayuda a cambiar la forma en que el paciente percibe y se enfrenta al tinnitus, reduciendo su impacto en la vida diaria.
4. Terapia de reentrenamiento del tinnitus (TRT): Combina terapia de sonido y asesoramiento para enseñar al paciente a habituarse al tinnitus y disminuir su atención sobre él.
5. Medicamentos: Aunque no existe una cura farmacológica específica para el tinnitus, ciertos medicamentos pueden ayudar a controlar la ansiedad, el estrés o la depresión asociados a este síntoma.
6. Cambios en el estilo de vida: Mantener un estilo de vida saludable, reducir la exposición a ruidos fuertes, manejar el estrés y evitar el consumo excesivo de sustancias estimulantes como la cafeína o el alcohol pueden ayudar a aliviar el tinnitus.
7. Tratamiento de la causa subyacente: Si se identifica una causa específica, como una obstrucción del conducto auditivo o una enfermedad del oído medio, tratarla directamente puede aliviar el tinnitus.
Es importante destacar que el tratamiento del tinnitus debe ser personalizado y adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente. Un especialista en audiología guiará al paciente a través de las distintas opciones terapéuticas y desarrollará un plan de tratamiento adecuado.
El tinnitus, también conocido como acúfenos, es la percepción de un sonido persistente o intermitente en los oídos o la cabeza sin una fuente externa aparente. Aunque no existe una cura definitiva para el tinnitus, existen terapias complementarias que pueden ayudar en su manejo y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Una de las terapias complementarias es la Terapia de Sonido, que utiliza sonidos externos para enmascarar o reducir la percepción del tinnitus. Entre las opciones se encuentran los generadores de sonido ambiente, la música y las prótesis auditivas.
Otra opción es la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), que ayuda a los pacientes a modificar sus pensamientos y comportamientos relacionados con el tinnitus, reduciendo así la ansiedad y el estrés asociados.
Además, la práctica de técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o el mindfulness, pueden contribuir al manejo del tinnitus al disminuir el estrés y promover el bienestar emocional.
Por último, mantener una buena comunicación con profesionales de la salud y unirse a grupos de apoyo puede ser útil para compartir experiencias y recibir consejos sobre cómo lidiar con el tinnitus.
Los acúfenos, también conocidos como tinnitus, son la percepción de un sonido persistente o intermitente en los oídos o la cabeza sin una fuente externa aparente. Estos sonidos pueden variar en tono, volumen e intensidad y afectar significativamente la calidad de vida de quienes los padecen.
El impacto de los acúfenos en la calidad de vida puede ser emocional, cognitivo y social. A nivel emocional, pueden generar ansiedad, estrés, irritabilidad y depresión debido a la constante percepción de ruidos molestos. Este malestar emocional puede agravarse si el paciente no encuentra una solución o tratamiento efectivo.
A nivel cognitivo, los acúfenos pueden afectar la concentración y el rendimiento en tareas que requieren atención, así como dificultar el sueño y provocar insomnio, lo que puede llevar a un agotamiento físico y mental.
En el ámbito social, las personas con acúfenos pueden experimentar dificultades en la comunicación y el entendimiento, especialmente en ambientes ruidosos. Esto puede llevar al aislamiento social y afectar las relaciones personales y laborales.
En resumen, los acúfenos pueden tener un impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes, afectando su bienestar emocional, cognitivo y social. Es fundamental buscar apoyo médico y emocional para manejar adecuadamente esta condición.
OIR Colombia, Centro de Audición y Vértigo, es un centro especializado en la atención y tratamiento de problemas auditivos y trastornos del equilibrio. Nuestros servicios abarcan una amplia gama de soluciones integrales para mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes.
En el área de audiología, ofrecemos evaluaciones auditivas completas, como audiometrías tonales y verbales (Logoaudiometría) e impedanciometrías (timpanometrías). También proporcionamos prótesis auditivas y brindamos asesoramiento en la selección y adaptación de dispositivos auditivos según las necesidades individuales.
Para trastornos del equilibrio, realizamos exámenes especializados como la videonistagmografía (VNG), el test de impulso cefálico (vHIT), los potenciales miogénicos evocados cervicales y oculares y la valoración clínica con la ayuda de las gafas de video frenzel. Estas pruebas nos permiten diagnosticar con precisión las causas de los problemas de equilibrio y diseñar tratamientos personalizados.
Además, ofrecemos terapias de rehabilitación vestibular y auditiva, que incluyen ejercicios y técnicas específicas para mejorar el equilibrio y la función auditiva. También brindamos apoyo y orientación a pacientes con tinnitus.
En OIR Colombia, nos comprometemos a brindar atención integral y de alta calidad para ayudar a nuestros pacientes a recuperar su bienestar y calidad de vida.
Como CEO de OIR Colombia, me complace informarles que en nuestro Centro de Audición y Vértigo contamos con profesionales altamente calificados y experimentados en el área. Entre nuestros especialistas, tenemos a dos Fonoaudiólogos con especialización en Audiología:
1. La Audióloga Angela Patricia Serna Gallego, quien es Fonoaudióloga de la Universidad Católica de Manizales y especializada en Audiología en la Corporación Universitaria Iberoamericana. Con más de 35 años de experiencia, La Audióloga Angela Patricia ha demostrado ser una profesional comprometida y dedicada en su campo.
2. El Audiólogo José Alberto Arévalo Sánchez, Fonoaudiólogo de la Universidad Nacional de Colombia y especializado en Audiología en la Corporación Universitaria Iberoamericana. Con más de 5 años de experiencia en el área de Audición y Vértigo, El Audiólogo Arévalo ha mostrado gran habilidad y conocimiento en su práctica profesional.
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En OIR Colombia, nos esforzamos por brindar un servicio accesible y eficiente a nuestros pacientes.
Para solicitar una cita, siga estos sencillos pasos:
1. Comuníquese con nuestro centro llamando al número telefónico 606 749 6080 o al celular 301 574 1435, donde nuestro equipo de servicio al cliente estará encantado de asistirle.
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Estamos comprometidos en ofrecer la mejor atención a nuestros pacientes y esperamos poder ayudarle en su camino hacia una mejor salud auditiva y equilibrio.
Nuestro objetivo es ofrecer un diagnóstico preciso y personalizado para cada paciente, utilizando las últimas tecnologías y técnicas disponibles. Los exámenes que llevamos a cabo incluyen:
1. Audiometría: evaluación de la capacidad auditiva del paciente en diferentes frecuencias e intensidades.
2. Logoaudiometría: medición de la comprensión del habla en diferentes niveles de intensidad.
3. Impedanciometría: estudio de la función del oído medio y la trompa de Eustaquio.
4. Videonistagmografía (VNG): evaluación del sistema vestibular y detección de trastornos del equilibrio.
5. Test de Impulso Cefálico (vHIT): análisis de la función de los canales semicirculares del oído interno.
6. Potenciales Miogénicos Evocados Cervicales (cVEMPs) y Oculares (oVEMPs): exploración de la función vestibular y del nervio vestibulococlear.
7. Valoración Clínica para trastornos del equilibrio con la ayuda de las Gafas Frenzel (Video): examen visual de los movimientos oculares para detectar alteraciones en el equilibrio.
Realizamos estos exámenes tanto en niños como en adultos, adaptando nuestras técnicas y enfoques según las necesidades individuales de cada paciente.
Garantizamos la salud y bienestar de nuestros pacientes y personal.
1. Higiene y desinfección: Mantenemos altos estándares de limpieza en todas nuestras instalaciones y equipos. Desinfectamos regularmente todas las superficies de contacto y áreas comunes, y esterilizamos los instrumentos entre cada paciente.
2. Uso de equipo de protección personal (EPP): Nuestro personal utiliza equipo de protección adecuado, como mascarillas, guantes y protectores faciales, de acuerdo con las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
3. Control de aforo: Limitamos el número de pacientes en el centro en un momento dado para mantener el distanciamiento social y evitar aglomeraciones.
4. Citas programadas: Solicitamos a nuestros pacientes que programen sus citas con anticipación para controlar el flujo de personas en el centro y minimizar el tiempo de espera.
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Estos protocolos nos permiten ofrecer un entorno seguro y acogedor para nuestros pacientes, al mismo tiempo que proporcionamos la atención y el cuidado de calidad que merecen.
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